It’s time to go
Es hora de irse, decía Taylor Swift, y yo he aprendido que es tan bueno quedarse, como aprender a saber irse.
Bona tarda, floretes.🪻
Os voy a ser muy sincera: no iba a publicar hoy. Tengo la cabeza como si fuera un ordenador con mil ventanas abiertas. Tantas cosas a la vez que no estoy centrada.
Pero aquí estoy. Me he sentado igualmente a hacer la newsletter porque, aunque tengo muchos pensamientos y muy poco que decir, esto es precisamente lo que me refugia y muchas veces lo que me ayuda a centrarme: escribir.
Todo tiene su final, todo expira.
Bad Bunny lo decía, y tiene toda la razón. Hay cosas en las que es muy evidente, como en la comida, que siempre trae su fecha de caducidad. Pero… ¿Cómo saber cuándo algo en tu vida ya ha expirado?
Siempre he tenido dificultades con dejar ir, o más bien, con hacerlo a tiempo. Por eso supongo que soy más Anna que Elsa en Frozen. El máster de Let It Go no es algo que domine en exceso.
La teoría me la sé a la perfección; de hecho, tengo una decena de frases listas para recitar sobre el arte de saber irse. Pero esto es como el carnet de conducir: el teórico lo paso de 10, en el práctico sigo llevando la L.
It’s time to go.
Taylor Swift, mi queridísima amiga íntima, decía en su canción It’s time to go:
Sometimes, givin' up is the strong thing (A veces, rendirse es lo más fuerte.)
Sometimes, to run is the brave thing (A veces, huir es lo más valiente.)
Sometimes, walkin' out is the one thing (A veces, marcharse es lo único)
That will find you the right thing. (Que te llevará a lo correcto.)
And you know in your soul (Y en tu alma tú sabes)
When it’s time to go. (Cuando es hora de marcharse)
Y así es. Hay momentos en la vida donde simplemente sabes que ha llegado tu fecha de expiración en un lugar o situación. Saberlo no significa que lo hagas al instante, pero al menos lo sabes.
¿Y… a dónde vas?
Buena pregunta. Saber que ya no quieres estar en un lugar, aunque no tengas claro dónde ir, ya es un punto de partida. A veces desearía que la vida viniera con un manual de instrucciones, como los medicamentos.
Mi psicóloga me decía que es el no saber lo que nos mantiene vivos. Pero entonces… ¿Por qué sentimos tanta necesidad de saber?
Volver a empezar.
¿Cuántas veces se puede volver a empezar en una vida? Yo creo que, mientras estés vivo, tantas veces como haga falta.
No me da miedo volver a empezar. Lo que me da miedo es quedarme atrapada demasiado tiempo en lugares donde ya no debería estar.
Para mí, empezar de nuevo es como salir a la calle y que te dé la brisa y el sol en la cara, mientras caminas y sientes el pelo moverse con el viento. Se siente como estar vivo. Por eso no le temo a los comienzos. Le temo a no reconocer cuando algo ha llegado a su fin y perder demasiado tiempo ahí. Porque el tiempo no se recupera.
Mañana será bonito.
Una gran filósofa contemporánea llamada Karol G dijo: «En mi mundo no existen ni los finales tristes ni los finales felices, pero sí creo en los nuevos comienzos.»
El Barco (canción donde lo dice y mi canción favorita suya)
Así que vamos a hacerle caso, que por algo popularizó el término Bichota y yo tengo una camiseta que lo dice.
Semana sin datos.
Suelo hacer un apartado de “La semana en datos,” pero esta semana ni he leído, ni he comido pain au chocolat, ni mandarinas, ni he seguido mucho la cuenta de lo que he hecho.
Esta semana ha sido simplemente una semana para sobrevivirla. Y eso también es parte de la vida.
Gracias por acompañarme, floretes. Nos vemos la semana que viene. No os preocupéis por tanta melancolía, porque tengo muy claro que, mientras hay vida, hay esperanza. También tengo claro que… cuando menos lo piensas, sale el sol. Como bien decía otra gran filósofa contemporánea: Shakira.✨
Every lyric, it’s exactly how i feel 🔝🔝